La tecnología existe en la vida diaria para acelerar procesos y hacer que cualquier actividad que realicemos sea funcional, eficaz y eficiente. En materia de juicios orales, por supuesto que esto no es la excepción.
Sin duda, la contingencia causada por el virus del COVID transformó la vida de millones de personas. Las empresas cuyas actividades no eran esenciales tuvieron que suspender su operación, otras tuvieron la opción de llevar su productividad a una modalidad totalmente virtual y, en algunos casos, como los servicios públicos, la adopción de plataformas digitales fue una obligación.
En materia del ejercicio de justicia, durante los meses más severos de la pandemia, en México sucedieron dos importantes hitos que ayudaron a demostrar que la tecnología es un aliado clave para cualquier actividad que requiera precisión, funcionalidad y eficiencia. Específicamente nos referimos a la primera sentencia en la historia del país, emitida por medio de un juicio llevado a cabo en su totalidad a través de ZOOM desde el estado de Coahuila, donde los participantes intervinieron en todo momento vía remota. El segundo hecho que compete mencionar, podría considerarse un tanto paradójico dentro del contexto de utilizar las plataformas digitales como medida alternativa: en mayo del 2020, una falla eléctrica en el Reclusorio Sur de la CDMX provocó un corto circuito en el transformador que abastecía la energía para gestionar todas las audiencias programadas vía remota, ocasionando que las autoridades correspondientes acondicionaran rápidamente las salas de la Unidad de Gestión Judicial del mismo recinto con el fin de reanudar las audiencias pendientes en modalidad presencial, utilizando múltiples herramientas tecnológicas para acelerar el proceso mientras los participantes tomaban todas las medidas preventivas para evitar la propagación del virus. El resultado: en tan solo dos días se realizaron 47 audiencias.
Queda clara la posición de la tecnología como herramienta habilitadora, también son notorios los aprendizajes prácticos y profesionales de los servicios públicos al implementar Videoconferencias como medida temporal o alternativa, pero hoy es momento de dejar a un lado las historias sobre la adaptación al cambio para comenzar a centrarnos en la adopción tecnológica como un hábito estratégico dentro de las instituciones públicas.
Recordemos el propósito de las soluciones tecnológicas en estos recintos: su papel no únicamente se centra en simplificar procesos y facilitar el trabajo; también ayudan a brindar un servicio con mayor certeza y transparencia para la población, la cual necesita los mejores resultados en tiempo y forma.
Consideremos también que los Planes Estratégicos de Desarrollo Judicial a mediano plazo emitidos por cada entidad federativa, coinciden en ciertas líneas de acción como lo son el acceso a la justicia y protección de datos personales; calidad e innovación en los procesos jurisdiccionales; la innovación de procesos administrativos y la confianza en la justicia como una meta deseable.
Hoy se están equipando cientos de salas de juicios orales en todo el mundo, y México no es la excepción. Tan solo en el estado de Durango, durante el periodo del 1 de enero al 31 de julio del 2020, se iniciaron en los 13 distritos judiciales de la entidad, 1,684 juicios en materia penal en salas equipadas con nuevos sistemas de videograbación y videoconferencias.
Las ventajas de equipar o renovar equipo de Audio y Video profesional dentro de estos espacios son diversas y corren hacia distintas direcciones, pues no solamente brindan mayores posibilidades para la institución y los servidores públicos, su principal foco es actuar a favor de la ciudadanía:
Los encargados de la Unidad de Gestión pueden trabajar con múltiples herramientas de fácil uso para registrar en audio y video absolutamente todo lo que está sucediendo en la sala durante una audiencia. De esta manera, todos los datos son otorgados en cuestión de instantes al aparato jurisdiccional. También existe software para buscar rápidamente momentos específicos del juicio, qué se dijo, quién lo dijo y por qué o para qué lo dijo.
Debido a que en los Juicos Orales tienen un mínimo manejo de documentos y todos los hechos quedan registrados en audio y video, existen pocas probabilidades de alterar de manera perjudicial cualquier dato. El defensor y el querellante pueden tener acceso a los registros de la fiscalía para consultar o corroborar cualquier información antes y/o durante la audiencia, facilitando el derecho a utilizar la información en su propio beneficio, siempre y cuando se actúe bajo las reglas procesales de cada territorio y técnicas de litigación pertinentes.
Una comunicación más adecuada
A diferencia de las audiencias realizadas por videoconferencia, la comunicación puede ser más fluida y asertiva en modalidad presencial. Recordemos que la oralidad es un elemento vital en todo contexto jurídico, y cualquier ambigüedad en la comunicación o asuntos que no sean aclarados a tiempo pueden provocar falencias que jueguen en contra de cualquiera de las partes involucradas.
Gracias a la oralidad y la presencia de la tecnología, los litigios que antes tardaban días en concluir hoy pueden resolverse en cuestión de minutos.
En conclusión, las Salas de Juicios Orales representan una manera más innovadora y práctica de ejercer un mejor servicio público; y si acaso estás pensando en implementar soluciones tecnológicas de primer nivel en una sala de juicios, sin duda ya estás actuando a favor de la mejora constante.
¡Esperamos que este contenido te haya sido muy útil!